Ayer se dio media sanción a la Ley de Educación Ambiental Integral después de 27 años de espera y en momentos donde el punto de no retorno para nuestra causa común está a un paso. La paradoja es que a quienes va dirigida principalmente, «las futuras generaciones», son quienes están impulsando el cambio del rumbo civilizatorio.
Esto nos dice que haber creado los espacios de aprendizaje y de intercambio de conocimientos, como pudimos y supimos, en medio de presiones y hostigamientos, dio sus frutos.
Para ser justos con los protagonistas, me permito hacer un breve resumen de los hechos que ayer fueron omitidos por les diputades que se expresaron durante el debate.
En el año 2000/2001, el diputado Jorge Giles presentó el primer Proyecto de Ley.
En el año 2006, la diputada nacional Marta Maffei presentó otro Proyecto de Ley de Educación Ambiental y además, siendo Secretaria General de CTERA, creó el área de Educación Ambiental para la Formación Docente.
Posteriormente en el año 2011, el Ministro Sileoni y el Secretario de Ambiente Mussi presentaron los «Manuales de Educación Ambiental para Docentes, Nivel Primario y Secundario», de un excelente y progresista contenido.
Se editaron 350.000 ejemplares para ser repartidos en las Escuelas e Instituciones de Enseñanza pero salvó algunos entregados durante la presentación oficial, que doy fe porque los tengo en mi biblioteca. Quedaron olvidados en los sótanos del Ministerio y de la editorial en Barracas.
Los lobbys de los Agronegocios, Minería y Petroleras, acompañados por el Ministro de Ciencia y Tecnología, Secretario de Minería y de Agricultura, lograron el objetivo de censurarlos.
Esto explica por qué se tardó tanto tiempo en que tengamos esta Ley.